¡Atención! estos hábitos ayudan a mantener una buena salud cardiovascular después de los 30

Especialista señala que la actividad física ideal es de 30 a 60 minutos diarios y una alimentación que incluya el 15 % de proteínas, carbohidratos, frutas y vegetale

Las enfermedades y accidentes cardiovasculares cobran la vida de 17.9 millones de vidas al año, alrededor del mundo, revela la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo un tercio de estos decesos de forma prematura (antes de los 70 años).

Algunos factores que incrementan los riesgos cardiovasculares a mediano plazo son la reducción de la actividad física y adoptar rutinas sedentarias, junto con cambios en la alimentación y el inicio o mantenimiento de prácticas como el consumo de tabaco o el vapeo.
Ante este panorama desalentador, ¿sabías que sostener movimiento diario, ordenar la dieta y realizar controles médicos periódicos contribuye a preservar la salud del corazón?
Pascual Chiarella, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), plantea una hoja de ruta simple, pero que debemos cumplir necesariamente para estar protegido.
“La consigna es reducir el riesgo a su mínima expresión, manteniendo las posibilidades bajas de tener alguna afección al corazón. La recomendación es retomar la actividad física regular, ajustar la alimentación considerando una dieta diaria balanceada que contenga menos carbohidratos y más frutas y vegetales. A esto hay que sumar la necesidad de recuperar un buen ciclo de sueño y sostener controles médicos, para prevenir daños que suelen manifestarse desde los 40 o 50 años”, refiere.
En ese sentido, propone cinco pasos para poner en acción el cuidado activo de la salud cardiovascular:
– Realizar actividad física todos los días entre 30 y 60 minutos: priorizar rutinas aeróbicas sostenidas, como correr o trotar, pues ayudan a mejorar la capacidad cardiovascular. También son recomendables las carreras o maratones, siempre y cuando haya habido una preparación y evaluación física previa.
– Ordenar la alimentación con criterios simples: incluir 10–15 % de proteínas y combinar carbohidratos, frutas y vegetales, evitando excesos grasos. Mantener la variedad de alimentos es importante para cubrir todos los requerimientos de vitaminas, minerales y fibra para sostener una salud adecuada.
– Eliminar tabaco, y vapeo, y moderar el alcohol: estos hábitos incrementan el riesgo para el sistema cardiovascular y se asocian a daño pulmonar y hepático; reducirlos o retirarlos es lo más recomendable, ya que de esa manera se reducen los riesgos para nuestra salud. Para lograrlo, se puede acudir a un profesional de la salud especializado en comportamiento.
– Dormir mejor y gestionar el estrés: se deben corregir las noches de poco sueño, evitar trasnochar y los periodos prolongados de inactividad. Es importante también combatir el estrés, que genera aumentos de peso y pérdida de masa muscular. Para esto, es recomendable incorporar pausas activas, respiración y organización del día a día.
– Personalizar y medir el progreso: establecer con el médico una periodicidad razonable para evaluar presión arterial, perfil lipídico y glucosa, además de revisar la función renal y gastrointestinal. Ante antecedentes familiares o sobrepeso, iniciar cambios cuanto antes y tener mayores cuidados respecto a comidas grasas y exposición al estrés.
Chiarella hace una anotación final: “Un corazón sano se construye con hábitos sostenidos. Esto incluye actividad física diaria, alimentación equilibrada, descanso adecuado, eliminación de tabaco o vapeo y controles periódicos. Estos ajustes reducen la carga cardiovascular y favorecen la salud física y mental, marcando una gran diferencia al pasar los años, definiendo la calidad de vida y la longevidad de las personas”.
Fuente: El Peruano

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